“La feria, la cita editorial más importante del mundo, ofrece el espacio idóneo para determinar cómo es un país y la imagen que quiere dar hacia el exterior”, añadió. Pese a que la presencia de Argentina en la feria estará acompañada por unos 300 actos culturales -entre exposiciones de alto nivel, eventos musicales, especialmente de tango, veladas dedicadas al cine y numerosas charlas sobre política y debates- “en los 12 últimos meses quedó claro que la actuación de Argentina será literaria”, señaló.
Boos alabó la literatura del país sudamericano por su frescura y juventud y destacó los esfuerzos que se están haciendo desde las letras por avanzar en el proceso de investigación de la dictadura militar y superación de sus efectos.
“Tenemos la sensación de que al menos en la literatura, Argentina ha empezado ya ese análisis”, dijo Boos destacando que otros países, como España, no están tan avanzados en ese sentido.
“Un tercio de los libros argentinos traducidos a otros idiomas que se darán a conocer en la Feria de Fráncfort, que tendrá lugar de 6 al 10 de octubre, giran en torno a esa época”, continuó.
“Cuando en 1976 la Feria del Libro eligió Latinoamérica como punto central, Argentina atravesaba una dictadura militar. Desde entonces han cambiado muchas cosas, tanto en el aspecto político, como en el social y cultural”, recordó Boos, quien se mostró muy contento de que la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, sea la encargada de inaugurar la muestra junto al ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle.
Argentina se presenta en la feria bajo el lema “Cultura en movimiento” con unos 60 escritores y 200 libros, más que ningún otro invitado de honor en ediciones pasadas.
Entre los autores destacan el premio Cervantes Juan Gelman, los escritores y periodistas Mempo Giardinelli y Osvaldo Bayer, el novelista y guionista Alan Pauls, el premio Herralde Martín Kohan (“Ciencias morales”), la especialista en microrrelatos Ana María Shua y aclamados narradores como Pedro Mairal o Pablo de Santis.
La prestigiosa cita, que el año que viene tendrá a Islandia como invitado de honor, contará por otra parte con estrellas internacionales de la talla de Jonathan Franzen, Bret Easton Ellis y Ken Follett. Entre los alemanes estarán Günter Grass, Richard David Precht, Martin Mosebach y Frank Schätzing.
Katja Böhne, portavoz de la feria, recordó una vez más que la actual edición será más digital que nunca, y para ello contará por primera vez con un nuevo apartado, “Frankfurt Sparks”, una iniciativa digital en el que se aúnan nuevas tecnologías y contenidos tradicionales.
“Los ‘hot spots’ estarán en todos los sitios, no sólo en un pabellón, para dejar claro que la digitalización ya ha llegado y se ha asentado en todo el negocio librero”, subrayó Böhne. “Seguimos en movimiento, continuamos reinventándonos”. Así, en la muestra, el e-book tendrá una importancia clave y las distintas ramas creativas eliminan fronteras para compartir contenidos.
Según Boos, Internet ha revolucionado el mundo de la literatura y se ha convertido en un elemento importantísimo de democratización. “Ahora mucha gente que antes no podía, tiene acceso a literatura original”, dijo, a la vez que reconoció que aún no se sabe el efecto que todo ello tendrá sobre el idioma.
Casi 7.000 expositores, frente a los 7.314 del año pasado, estarán presentes en la próxima edición de la feria. El leve descenso se atribuyó a la crisis económica en el este de Europa, muchos de cuyos países encontraron graves dificultades para participar, así como a la menor presencia de China, invitado de honor en la edición de 2009. “Un total de 114 estarán representados en la muestra, 14 más que en la anterior edición. Algunos de los Estados que acuden por primera vez son Uruguay, Mongolia, Nepal o Malta”, puntualizó Böhne.
Junto a la digitalización y la oferta multimedia tendrá una presencia decisiva la poesía, los libros infantiles, los comics, las novelas gráficas, la educación, los títulos de cocina y las guías turísticas.